La Historia
El agua mineral Lauretana tiene una historia bellísima.
El manantial fue descubierto hace más de medio siglo por Teresio Rossello mientras caminaba por la montaña. Se encontraba en un lugar llamado Caruzza, en el municipio de Graglia a 1050 metros de altitud. Un lugar incontaminado, lejos de asentamientos industriales y civiles. "Sediento" se refrescó en una fuente y la sensación que sintió fue de una ligereza satisfactoria.
Teresio Rossello llevó tomó una muestra de agua y la llevó a analizar: "Esta agua es simplemente excepcional", fue la respuesta. Siguieron análisis más detalladas en el Instituto de Química de la Universidad de Turín y el resultado confirmó lo que se había sostenido anteriormente.
El primer establecimiento se construyó a unos 850 metros de altitud en las inmediaciones de la fuente, desde la que se canalizaba el agua directamente por caída espontánea a través de tuberías de acero inoxidable. La actividad de embotellamiento comenzó en 1965 y al agua comercializada se le dio el nombre de Lauretana.
Gracias a Antonio Pola, administrador delegado, y al presidente de la sociedad Giovanni Vietti, el "oro azul" de Biella ha logrado seducir al mundo entero: Europa, Estados Unidos, Australia, China, Japón y Rusia, donde Lauretana - natural, con gas o ligeramente gaseada- se puede encontrar en los mejores restaurantes. Un bien simple, pero de gran valor, con un sabor inalterado e inalterable, puro e incontaminado tal como fluye del manantial.